sábado, mayo 07, 2005

Todavía, en muy raras ocasiones, te extraño y no entiendo por qué si ya no existes en mi mundo. Todavía el cáncer del vacío no ha llegado a todos los rincones de mi memoria y de vez en cuando resurge el dolor de lo que dejó de ser.
Extraño el deseo de acomodarme en alguien y utilizar el verbo para tocar la carne.
Demasiadas pérdidas, tantas que ya no llevo la cuenta y me es imposible recoger los pedazos para armar el rompecabezas. Siento, detrás de mis ojos, una espesa niebla que me impide pensar en una estrategia para recuperar mi vida, que me impide dormir o sentirme la piel.
El día que viene es cada vez más difícil que el que pasó.